La sanidad
y la educación públicas atacadas por los gobiernos (el gobierno sonámbulo de
Rajoy, el gobierno zombi del lehendakari en funciones López y el gobierno
terminal de Barcina). Los trabajadores desamparados ante los abusos de la
patronal, con despido libre y barato, muy barato. El funcionariado convertido
en chivo expiatorio. Los desempleados, a los que se les acaba la rebajada
prestación, con un subsidio miserable que ya no se prorrogará. Las personas
dependientes con una ley que no tiene dotación económica. Las personas
inmigrantes criminalizadas y abandonadas a su suerte (ahora les sobran, tras
años cuidando a nuestros mayores y realizado las labores con menor
reconocimiento social y económico). Las pensiones, nuestras humildes pensiones,
cada día un poco más lejos para todos (retraso de dos años para la jubilación,
aumento del período computable…).
Aquí solo hay dinero para la banca y para las
grandes infraestructuras. Bancos que especularon y que, fruto de su propia
especulación, acumularon activos tóxicos son respaldados, rescatados con dinero
público. Infraestructuras antisociales: autovías con peaje en la sombra, TAV
elitista e insostenible medioambiental y económicamente, pabellones deportivos,
circuitos de carreras, ampliación de aeropuertos…
No falta dinero, sobran ladrones. Lo hemos coreado
cientos de veces en los últimos años y siguen sobrando ladrones. Nos suben el
IVA, impuesto al consumo, grabando especialmente a quienes no tenemos capacidad
de ahorro, a quienes tenemos que gastar íntegramente nuestros pequeños salarios
o prestación por desempleo. Suben el IRPF pero apenas si aumenta la
progresividad del sistema. Pero se elimina el Impuesto de Patrimonio y se
olvidan de las grandes fortunas, de las transacciones bancarias. El Impuesto de
Sociedades "real" cada vez es menor gracias a las diversas
deducciones… Y además se tolera el fraude fiscal como han denunciado
repetidamente los inspectores fiscales.
Este es nuestro capitalismo y estas son las
políticas de nuestros gobernantes. Y esto no lo queremos. No lo quiere el
pueblo y democracia es la voluntad del pueblo, no la del gobierno ni la de sus
amos, banqueros y capitalistas. Por eso el próximo 26 de septiembre vamos a
ejercer nuestro democrático derecho a la huelga. El 26 de septiembre, huelga
general. Es nuestra forma de decirles que no estamos de acuerdo con sus
políticas, con sus recortes. Es nuestra forma de decirles que somos más y
tenemos la razón. El 26 de septiembre se volverán a vaciar las fábricas,
oficinas, y comercios y las calles se convertirán en un clamor en defensa de
nuestra dignidad como trabajadores y como personas.
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