lunes, 6 de junio de 2011

A Yolanda Barcina

A raíz de leer el pasado día 20 la entrevista que publicó este diario, y tras comprobar que no está muy versada en temas sindicales, me he animado a exponerle claramente cuál es la realidad sindical de esta Navarra nuestra, de todos.
Respondiendo a una de las preguntas de dicha entrevista, afirma no comprender por qué los funcionarios públicos han elegido mayoritariamente al sindicato LAB como fuerza para que les represente, mientras que en empresas privadas, de momento, no se da esa correlación de fuerzas sindicales.

Cabría imaginar que, aunque la gente que le rodea no haya pisado nunca una fábrica, ni un taller, la inclusión en las listas de UPN de la señora Coro Gainza, sindicalista de UGT, podría ayudarle a entender a los trabajadores navarros. Pero va a ser que no.

A la función pública se accede a través de largas y duras oposiciones, a veces tras años de preparación. El acceso debe estar basado en la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. Los afortunados que consiguen una plaza tienen garantizados ciertos derechos que en la empresa privada son impensables. Derechos tan básicos como formar parte de la lista sindical que uno quiera, sin miedo a sufrir represalias.

Todos sabemos que en muchas empresas son algunos sindicatos los que reparten el derecho al trabajo, se entra con carnet o con padrinos. Por no hablar de cómo se diseñan los ERE y quiénes son los primeros en las listas de despidos.

Es difícil hacer sindicalismo en esta Navarra del Plan Moderna, pero es una auténtica heroicidad hacer sindicalismo comprometido en esta Navarra del apartheid sindical.

Me imagino que no le gustan los resultados obtenidos por LAB en la Administración, pero le puedo asegurar que a los funcionarios tampoco nos gusta cómo lo están haciendo ustedes: estamos hartos de recortes de derechos y de sueldos; estamos hartos de privatizaciones que benefician al Opus y a ciertos empresarios; estamos hartos de las jefaturas, que repartís a dedo entre los vuestros, verdadera sangría económica que pagamos entre todos; estamos hartos del trato que dais al euskera.

Los resultados del pasado día 18 solamente son el principio de cómo vamos a canalizar ese descontento.

Los derechos básicos de las personas no pueden ser un negocio en manos de empresarios y deben ser las instituciones, dirigidas por gente honrada, las que los garanticen.

Espero haberle aclarado algo.

Víctor Rubio Martínez

Delegado sindical de LAB en la Agencia Navarra de Emergencias
Noticias de Navarra Domingo, 29 de Mayo de 2011